Tema: Cuando los hombres realmente se enamoran
Hipótesis: El hombre cambia de actitudes ante el enamoramiento
El amor de un hombre. La naturaleza de un ser
Por: Orlando López E.
Estar enamorado es “estar en amores”. Podría confundirse muchas veces con ilusión, deseo, necesidad de compañía. A veces suele disfrazarse hasta de cariño. Pero el amor es puntual: es dar todo aquello que nace de tu corazón por alguien, es vivir pensando en esa persona por más que pasen cien años o más. Es luchar, es sufrir, es reír, es simple y llanamente sentir. Estar enamorado puede resultar un tema complejo, por eso se dice que el amor de pareja es sólo para personas inteligentes.
Muchas veces una ideología machista defiende la posición del hombre frente a los sentimientos, mostrándolo como “duro” e insensible. Algo que posiblemente trata de ser implantado desde la niñez con la conocida frase, mencionada por los padres, “los machos no lloran”. Pero ¿qué tan cierto es? ¿Qué tan duro puede ser un varón frente a los sentimientos? Y en especial, ¿el hombre se enamora realmente? Tal vez sea el mismo hombre quien se resiste a mostrar esta ligera debilidad y le cueste aceptar que pierde una lucha contra su propio orgullo cuando llega a tener sentimientos de amor por una mujer. Lo cierto es que sí, eso sucede, el hombre realmente se enamora y cuando eso sucede cambia y eso es visible. Tal vez no todos los hombres se enamoren, pero según estudios son ellos quienes tienen más deseos de compromiso e hijos en comparación con las mujeres.
ACTITUDES REVELADORAS
Puedo afirmar que cuando un hombre se enamora de verdad mueve cielo y tierra por su pareja. Entrega todo lo que tiene por ella. Y esto se refleja claramente en sus actitudes totalmente diferentes a cuando está solo, como por ejemplo: se vuelve más ordenado, puntual, atento, servicial, cariñoso, caballero, pacífico. Y peor aún si está con pareja y de pronto se cruza en su camino alguien que como dirían “le mueve el piso”. El hombre puede estar tranquilo, conformarse con lo que tiene. Simplemente basta que aparezca aquella mujer en la que encuentra esa química que muchos hablan y ¡boom! Estalla, deja de pensar, se le cae el mundo, cambia ante su pareja, desbarata lo que tiene y se delata rápidamente, puesto que el amor de verdad lo transforma y eso se nota fácilmente. Puede empezar a perder los papeles de su machismo y cae en cuenta de que se siente mal por la incómoda posición en la que se encuentra. Lo menciona Haruki Murakami en Al sur de la frontera, al oeste del sol: “A veces pensaba que llorar me produciría alivio. Pero no sabía por qué llorar. No sabía por quién llorar. Era demasiado egoísta para llorar por los demás, demasiado viejo para llorar por mí” (Murakami, 2003 P.97)[1]
CÓMO SIENTEN ELLLOS
Cuando él se enamora no siente esas mariposas en el estómago, tampoco necesita llamar a los amigos para contarles su secreto y hablarles horas de horas sobre ella. Mucho menos los reuniría en su casa haciendo una pijamada de “sólo chicos” para abordar el tema. No, en realidad cuando el hombre se enamora es muy diferente a una mujer. Pero lo que sí siente son unas ganas invasivas de lograr su objetivo. La conquista, que generalmente se planea de manera solitaria y fríamente calculada al mínimo detalle para que nadie lo sospeche. O por lo menos siente la necesidad de conquistarla, así empieza a crear su propia estrategia que tarde o temprano llega a ser descubierta por la magnífica intuición femenina.
CÓMO SUFREN ELLOS
El hombre, al igual que en la conquista, en el sufrimiento prefiere muchas veces pasarla a solas y sacarse ese peso de encima con acciones que revelan su depresión como: beber alcohol en exceso, manejando raudamente. Es decir su manifiesto ante el dolor es algo más centrado en sí mismo y en los límites que necesita romper, en teoría “portarse mal pero sin ser visto”. Es que su orgullo y machismo puede más que cualquier cosa. Cuando llora lo hace en silencio, cuando extraña se lo guarda para sí mismo. Así se sentirá menos débil y vulnerable causando una impresión de que no siente nada, pero en el fondo nadie sabe que está sufriendo y es por amor, por hallarse enamorado. A diferencia de las mujeres que comparten su dolor con las mejores amigas y liberan todo lo que sienten con tal de olvidar o aliviar la pena. La experta antropóloga, Helen Fisher, aseguró que los hombres son más propensos al suicidio cuando una relación se termina. Estos tienen 2.5 más posibilidades (en comparación con las mujeres) de tomar esa decisión fatal.
ELLOS TAMBIÉN AMAN
Puede parecer difícil de ver, pero si tal vez los observáramos más de cerca y viéramos sus comportamientos a veces tan extraños entenderíamos que solamente tratan de protegerse, de no quedar al descubierto porque dentro de sí saben que sufren y sienten tal como su género opuesto, a su propia manera que puede resultar a veces más dura o más fatal. Tal vez si la sociedad en la que vivimos (machista) dejara de ser así, el hombre podría ser libre de expresarse y sus sentimientos pudieran salir a flote. Siendo una justicia para él tener el derecho de ser y decir lo que siente.
Fuentes:
· MURAKAMI, Haruki
2003 “Al sur de la frontera, al oeste del sol”: Tusquets
· FISHER, Helen, antropóloga
“Los mitos sobre los hombres en el amor”
Les dejo un video para que acompañen y puedan visualizar un poco este grandioso libro: "Al sur de la frontera, al oeste del sol"
ya era hora de que un hombre admita que sufre... ese detalle los hace mas humanos.. mas reales... mas interesantes para el sexo femenino...
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